Zoonosis: más vale prevenir…

La zoonosis y sus consecuencias en la salud familiar
Las mascotas son fuente de bien estar animal. Así lo han puesto de manifiesto los resultados de la encuesta “Animales de compañía y salud familiar”.
Según Isabel Sámana –psicóloga clínica y psicoterapeuta especializada en Psicoterapia asistida por animales de compañía-, los beneficios son múltiples: desde mejorar la autoestima, fomentar las relaciones padres-hijos, aumentar el sentimiento de compañerismo, tolerancia y responsabilidad en la familia, aumentar la comunicación afectiva y lúdica, mejorar el aprendizaje de los niños, hasta incluso superar estados bajos de ánimo y combatir el estrés en los adultos o fomentar el ejercicio físico, entre otros.
Sin embargo, algunas conductas demostrativas de afecto, así como otros hábitos adquiridos en la convivencia con las mascotas, pueden constituir un riesgo de contagio de enfermedades parasitarias entre animales y sus propietarios: la ZOONOSIS.
El veterinario, como profesional de la salud, tiene un papel fundamental. Es el responsable de concienciar a los propietarios sobre el riesgo y las consecuencias de las zoonosis y de educar en la prevención. Es importante informar sobre cuáles son las principales vías de contagio y cuáles son las prácticas preventivas más correctas, poniendo especial énfasis en la necesidad de desparasitar un mínimo de 4 veces al año y educar en unos buenos hábitos de convivencia con el perro.
Actitudes como dejarse lamer, no recoger las heces, no lavarse las manos después de acariciar a la mascota, o dejar que duerman en la misma cama que las personas, son situaciones de riesgo, especialmente en aquellos animales que no son desparasitados con la frecuencia debida. Pueden derivar en contagios parasitarios de especial incidencia en el aparato digestivo (Giardiosis y Estrongiloidosis), la piel (Larva migrans cutánea), la circulación (Larva migrans visceral) o incluso en la aparición de quistes (Hidatidosis) o parásitos de otro tipo como pulgas y piojos (Dipylidiosis).
En España, actualmente, se calcula que el 30% de animales domésticos pueden estar contagiados por parásitos. Dato importante si tenemos en cuenta el crecimiento del número de perros con propietario, que supera ya un censo de 4,3 millones. Frente a ello, es el veterinario quien debe exigir las máximas garantías sanitarias cada vez que una familia adquiere un perro, para conseguir que su impacto en la salud familiar sea totalmente provechoso.
Cuidar de las mascotas es, en definitiva, cuidar de la salud familiar. Y la mejor forma de garantizar un bienestar familiar absolutamente positivo, en el más amplio de los sentidos.